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De Etiopía a Göttingen; y como aprendiz a Mahr

| Equipo de marketing

Nuestros empleados son tan diversos como la empresa y sus productos. En la categoría «Personas» de Mahr podrá conocer a algunos de ellos. Hoy: Diana Tadesse Gebru, aprendiz de técnica electrónica de aparatos y sistemas.

Diana Tadesse Gebru vive en Alemania desde junio de 2014. En realidad es de Etiopía, donde su familia sigue viviendo en la actualidad. Diana siempre ha tenido un don para la tecnología: en la escuela le fascinan las matemáticas y la física y, en su tiempo libre, repara radios. Desde el principio, tuvo claro que, en el futuro, le gustaría seguir en esta dirección en su desarrollo profesional. También tenía claro que este proyecto sería siempre solo un sueño. En este país del Cuerno de África, la profesión de técnico electrónico existe, pero no para las mujeres.

 

Salida a una nueva vida

La situación cambió bruscamente cuando Diana tuvo que huir de su país natal en 2014 y llegó a Alemania. Integrada en una familia de acogida en el marco del programa de refugiados, obtuvo su certificado de estudios secundarios en 2016. Como había aprendido un poco de inglés en la escuela de Etiopía, disponía de unas competencias comunicativas básicas, pero hacerse entender en el país extranjero fue un enorme obstáculo al principio. Al terminar los estudios, la joven tuvo que dejar a su familia de acogida y valerse por sí misma. Así, se enfrentó a problemas como encontrar un lugar para vivir y un curso de formación, y, por supuesto, la a menudo temida burocracia alemana. Bien es verdad que no se enfrentó a ello del todo sin ayuda, pero sí sin la orientación de los padres, en los que los jóvenes adultos suelen buscar apoyo en estas situaciones.

 

El trabajo de sus sueños: técnica electrónica

Su antigua madre de acogida encontró el anuncio de trabajo en Mahr y se lo enseñó a Diana, pues era consciente de su sueño dorado de aprender una profesión técnica. Las difíciles circunstancias por las que la ahora veinteañera llegó a Alemania en su momento empezaron a aportarle algo bueno: la oportunidad de afianzarse en la profesión con la que había soñado.

Diana está ahora en su tercer año de formación como aprendiz de técnica electrónica de dispositivos y sistemas en Mahr. Durante estos tres años, la joven irá rotando por los departamentos para conocer todas las áreas de especialización pertinentes para su formación y, así, adquirir la experiencia práctica que necesita. «Para mí, lo siguiente es el desarrollo y, luego, el montaje» Una cosa ya es segura: cuando termine su formación, quiere quedarse con Mahr. Solo le queda por decidir el departamento técnico en el que desea trabajar. «Esperaré hasta que haya pasado por todas las áreas de negocio. Pero, básicamente, me gusta sentarme, trastear y juguetear».

 

Embajadora de la formación con distinción

Las circunstancias especiales que llevaron a Diana a su actual profesión ya no son parte del destino de personas concretas. De hecho, numerosos jóvenes siguen viéndose obligados a huir de su país. Por ello, para esta veinteañera, es importante dar la cara por los demás como embajadora de la formación y animar a quienes se encuentran en la misma situación que ella estuvo. En octubre, Diana recibió un premio de la Asociación de Empresas del Metal de Göttingen por este compromiso especial en el marco del proyecto denominado «Leuchtturm».

El proyecto honra a los aprendices que han destacado por sus logros académicos o sociales. Fue su instructor quien la propuso para el premio. Diana se siente orgullosa, aunque añade modestamente: «Pero los otros son igual de buenos». Diana volvió a invertir los 500 euros del premio. «Lo utilicé para comprar una impresora y ropa para el invierno».

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