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Prácticas en el extranjero durante la formación técnica

| Equipo de marketing

A finales de agosto, nuestros dos aprendices técnicos Daniel y Steffen pasaron tres semanas en nuestro centro de producción de Probostov (República Checa). En este informe, hablan de sus experiencias personales y dan consejos y valoraciones sobre una estancia en el extranjero durante su formación.

Dentro del proyecto Erasmus de la BBSII Göttingen, decidimos hacer unas prácticas en el extranjero. Fue nuestro instructor el que nos informó de la existencia de este intercambio. Las prácticas nos resultaron muy atractivas, pues nuestra empresa colabora con la escuela de formación profesional y tenemos una sede en el extranjero.

Tras participar en una formación intercultural en agosto, estábamos bien preparados para nuestra estancia en la República Checa. Así, tuvimos ocasión de conocer diferentes culturas y de aprender distintos métodos de comunicación. Para continuar con la preparación, se solicitaron fondos de Erasmus+ y se reservó alojamiento en la República Checa durante tres semanas.

El nivel de precios en Probostov es similar al de Alemania. Así, tanto el coste de la comida como el del alojamiento no difieren mucho de los precios en Alemania, así que pudimos reservar un alojamiento de buena calidad cerca del centro. El alojamiento era una especie de residencia para estudiantes escolares que tenían más o menos nuestra edad.

Durante nuestra estancia pudimos comprobar que la cultura del trabajo en la República Checa no es muy diferente de la de Alemania. Es decir, el orden, la puntualidad, la fiabilidad y la limpieza también desempeñan allí un papel importante, por lo que desde el principio nos sentimos familiarizados con las virtudes básicas. A través de nuestras actividades, como el torneado, el fresado, el montaje y el desmontaje, pudimos obtener varios conocimientos nuevos sobre el funcionamiento de la empresa. La comunicación con los trabajadores locales tuvo sus problemas, pues desgraciadamente no hablábamos checo y los trabajadores solo entendían un poco de alemán. Afortunadamente, sin embargo, había personas de contacto que hablaban alemán con fluidez y, por lo tanto, nos ayudaban en las emergencias.

Como no había demasiadas diferencias con Alemania en cuanto a costes, podíamos elegir libremente dónde comprar cosas cotidianas, como comida y bebida. Las actividades de ocio también tenían un precio similar a las de Alemania, así que una tarde pudimos ir a los karts y a los bolos con nuestros compañeros de la empresa. El jueves por la noche de la primera semana cenamos con algunos colegas en un hotel. La comida en la República Checa también era muy buena. Otra tarde nos ofrecieron jugar un partido de bádminton con otros compañeros de trabajo. También había un gimnasio cercano donde se podía pasar el tiempo libre. Además, visitamos el castillo de Krupka, construido en 1330 y considerado una fortaleza de vigilancia de las rutas comerciales hacia Sajonia. Krupka está situada directamente en el pie sur de los Montes Metálicos y es una antigua ciudad minera. Por desgracia, no pudimos visitar todos los lugares de interés de la zona.

Nuestra conclusión sobre las prácticas en el extranjero es muy positiva. De hecho, pudimos llevarnos muchas experiencias nuevas y emocionantes sobre nuestro trabajo en el extranjero. La mejor experiencia ha sido el aprendizaje y el desarrollo personal que hemos conseguido como resultado de estar fuera de nuestro país. Sin duda recomendamos que otras personas hagan este tipo de prácticas, pues esta experiencia se refleja positivamente sobre todo en la formación profesional.

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